4 años de +Mujeres en UX: liderazgo desde lo femenino, horizontal y disruptivo
Para celebrar el Día Internacional de la Mujer y los 4 años de +Mujeres en UX, revisamos 6 características del liderazgo que hemos impulsado en todo Latinoamérica.
No es secreto que Carolina Sepulveda y yo no creemos en el liderazgo femenino como concepto. Ese liderazgo que caracteriza específicamente a las mujeres, que nos hace diferentes a otros géneros.
Sin embargo, hace poco nos topamos con el libro "Liderar desde lo femenino: estilos horizontales y disruptivos que cambian el mundo" de la chilena Tatiana Camps, quien lo plantea no como un liderazgo “de la mujer”, sino como un liderazgo desde un lugar llamado "femenino".
Disclaimer: entendemos que lo femenino y masculino son construcciones sociales y que no tienen que ver con la genética ni el sexo. Por lo mismo, entendemos el liderazgo desde lo femenino como un continuo de competencias que fluye para todas las personas.
Tatiana establece en su investigación que liderar desde lo femenino "opera en el espacio de lo relacional, sistémico o integral". Siguiendo las enseñanzas de su profesor Humberto Maturana, una eminencia de la biología y filosofía mundial, la ingeniera logra identificar habilidades o, mejor dicho, las relaciones que las mujeres tienen con el mundo.
Así, logra sistematizarlas en 6 ámbitos de gestión que están presentes en nuestra comunidad feminista +Mujeres en UX y en la forma que lideramos, miramos nuestro entorno y cambiamos el mundo.
1. Empatía
Quienes lideran desde lo femenino dan espacio para lo personal, generan espacios de confianza, ponen el foco en los talentos individuales y dan valor a los vínculos como un propósito en sí mismo.
Desde la compresión sistémica de la vida “consideran valioso incorporar todas las dimensiones del vivir humano en la gestión de sus equipos”. Esto no significa dejar de lado los objetivos, sino generar espacios de confianza para que cada persona aporte desde su conocimiento y lo comparta, como lo hacemos en +M. “Cuando una persona está dispuesta a trabajar colaborativamente compartiendo su conocimiento y su trabajo es porque confía en ese equipo, siente seguridad de que su aporte será reconocido y valorado”, explica Tatiana.
Cuidado en pandemia
La pandemia nos ha mostrado lo mejor de las mujeres que son parte de la comunidad. Tuvimos que mirar nuestra operación con ojos nuevos y cambiamos una de las columnas vertebrales de nuestro formato, moviéndonos de formar relaciones desde lo presencial a lo remoto.
Desde la Coordinación regional y desde los liderazgos, volvimos a conectarnos en el cuidado de nuestras voluntarias, pidiéndoles que se tomarán las cosas con calma y que disfrutaran de unas largas vacaciones a finales de 2021, para recargar energías y conectarse con sus equipos. Todas necesitábamos un descanso. Como dice Tatiana Camps en su libro, tuvimos que aplicar una “ética del cuidado” con nosotras mismas y nuestra comunidad de voluntarias.
2. Mirada sistémica
Es una mirada que pone foco en las relaciones, pero no de personas, sino de puntos. Significa no mirar de forma lineal ni desde la causa y efecto. Es un actuar que da espacio a la intuición, donde le hacemos caso a la incomodidad, a recordar experiencias pasadas que nos permiten adelantarnos al futuro. También significa detectar relaciones entre variables que pasan desapercibidas, promover conversaciones poco probables y ampliar mundos.
3. Colaboración
La colaboración es “un mecanismo emergente de la naturaleza amorosa de los seres humanos que surge en el encuentro recurrente de una comunidad”. ¿Díganme si acaso eso no es +M? Colaborar es encontrarse, es celebrar y generar instancias de conversación. E implica “declarar una intención y su valor generando instancias para que emerja la colaboración, a través de la paciencia, y la tranquilidad de generar cambios y mover estructuras jerárquicas, la búsqueda de acuerdos y acoger diferentes opiniones”, dice Tatiana Camps.
4. Sensibilidad social
Es tener sentido ético, es el “no hacer nada de lo que te avergüences”, impactar en las personas y las comunidades, y poder generar una cultura positiva en las organizaciones.
Desde+M generamos impacto positivo tanto en las participantes como en la agrupación como un todo, y sé que el mismo hecho de participar en un espacio como el nuestro logra permear en las empresas en las que trabajan las mujeres que son parte de nuestras actividades. Las temáticas que se abordan en nuestros encuentros, no son sólo técnicas, son herramientas para generar cambios en nuestro interior y en otras personas, como lo hicimos en las revueltas sociales de Chile y Colombia en 2019 y 2020, y las múltiples reuniones para contenernos que tuvimos durante la pandemia.
Como comunidad feminista, propusimos una nueva sensibilidad social en nuestra industria. Nuestra aparición provocó un ruido necesario que cuestionó la presencia de mujeres en espacios de la academia, en los liderazgos de las empresas de diseño y en la dotación de mujeres en los equipos de Experiencia. El solo hecho de existir ha provocado cambios y esperamos seguir generándolos.
5. Innovación y flexibilidad
Innovación y flexibilidad aplicadas a la manera de relacionarse con equipos, la audacia de hacer las cosas de una forma distinta y pensar más allá del cumplimiento de los objetivos. Tatiana postula que la innovación no se logra con tecnología, sino con talento — más allá de las competencias técnicas — , coraje, compasión, empatía, y sobre todo, con confianza y colaboración.
Y si lo miro con la perspectiva de estos 4 años, así es como nació +M en Chile el año 2018: a partir de una innovación en la industria local, que cuestionó el status quo de las comunidades y de las conversaciones que se estaban teniendo en torno al diseño de experiencia, que incomodó a hombres y mujeres, y que propuso un espacio de confianza con un propósito que convocaba a muchas mujeres.
6. Comunicación directa y organizaciones horizontales
“Lo femenino tiene una forma colectiva de moverse”, dice Tatiana. Y se refiere a que el liderazgo desde lo femenino es aquel que se alegra con el logro del objetivo común, está cómodo articulando intereses, expertises y talentos.
Como en +M, quienes lideran desde lo femenino reconocen a cada quien su mérito y tienen menos apego por las estructuras jerárquicas y las formalidades. Este desafío a lo preestablecido — como el patriarcado — , nos permite y obliga a tener conversaciones más honestas y profundas, más cercanas a la realidad que viven los equipos. Como quienes son parte de las embajadas de +M, las líderes son facilitadoras de procesos, donde el ego queda de lado y es reemplazado por el cariño y el respeto a las asistentes.
Y no significa que liderar desde lo femenino sea romper con las jerarquías y los organigramas de las organizacicones. Significa que eso no es lo más importante y que el foco está puesto en el propósito y en las motivaciones, más que en quién es el o la jefa.
Estas 6 competencias, generan un movimiento sistémico a nivel de la comunidad LATAM, en las embajadas, en la industria local, y finalmente en las sociedades de las que somos parte. “Las líderes femeninas se retiran del centro. Crean espacio para los demás (…) Para atender el todo (…) Para ayudar a las personas. Son buenas para conectarse con un potencial futuro emergente y sostener el espacio para conversación. (…) Van de una vista de silos a una vista de sistemas”, dice Otto Schammer, otro profesor de Tatiana.
En este Mes de la Mujer, les invito a aplaudir y reconocer a todas las personas que lideran poniendo a las personas y el propósito en el centro, así como lo hacen las voluntarias y embajadoras de +Mujeres en UX en todo Latinoamérica. Y así como también lo hacen muchas mujeres en el mundo de la tecnología. A ellas, nuestros agradecimientos y aplausos. ¡Bravas!
